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Mi regalo en el mar

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Por Fernando Gorza REÑACA.- El mar Pacífico es inmenso. No entra en una solo mirada y para recorrerlo hay que hacer un esfuerzo mayor pasando la vista de un lado al otro. El Pacífico es magnético. De sus entrañas provienen ruidos, pájaros, peces, algas, gaviotas, lobos marinos, piedras y olas que rompen en su orilla. Es atrapante ver tanta inmensidad junta en un sólo mar, tanta agua que recorre continentes tan lejanos. Cuando me encuentro ante estos regalos de la naturaleza pienso en otro regalo, el de mi Fé.  Ese tesoro dado gratuitamente, sin miramientos. Un regalo que no reconoce límites y que puede crecer de forma exponencial en la medida que nostros queramos poniendo nuestra confianza, voluntad y esfuerzo al servicio de Dios que siempre nos perdona y nos quiere amar. El mar siempre me lleva a mi Fé, me traslada en su inmensidad, me recorre en su silencio, me identifica. Pienso en esa mirada inmensa como este mar, en esa palmada fraternal de mi Dios que me alienta y a

¿Me amas mas que a estos?

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Por Fernando Gorza CAFARNAUM.- A la orilla noroeste del mar de Tiberíades se ubica una de las ciudades más amadas por Jesús. Caminar sus calles de piedra con vistas a la verde y florida Galilea es una invitación a recrear tantos milagros, tantos encuentros con sus discípulos, escuchar sus palabras que llegaron a nosotros en forma de parábolas completas de sentido y enseñanza. Visitar Cafarnaúm y otras ciudades de Israel cambió para siempre mi vida como Cristiano. Mi viaje a Tierra Santa marcó un antes y un después. Cuando leo y escucho las lecturas de las sagradas escrituras, en pocos segundos me traslado a esos lugares. Logro volver a sentir el calor soberbio del desierto, a escuchar el apacible silencio del mar, a oler cientos de especias en los mercados de Jerusalém; vuelvo a sentir la emoción de tocar la piedra de la resurrección en el Santo Sepulcro y mi cuerpo se recoge en una noche fría y lluviosa al costado de los milenarios olivos del Huerto de Getsemaní. Una de l

Siempre hay alguien que reza por vos

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Texto y Foto por  Fernando Gorza BUENOS AIRES.- Una de las postales que regala esta ciudad es la de los artistas callejeros. Creadores por naturaleza que dejan su huella en los espacios más transitados de la urbe en todas las versiones en que puedan expresar su arte. Aquí les dejo una de esas “obras”. La Virgen pintada con tizas de colores en la esquina de Floridad y Paraguay. Un descanso en el trajín cotiadiano del ir y venir, una especie de respiro a pasos de cafés, bancos y la Plaza San Martín. Siempre es un buen momento para hacer una oración y saber que, como dice la inscripción sobre la mano derecha de la Virgen, “creamos o no siempre hay alguien que reza por nosotros”.

Volver a Dios

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Por Fernando Gorza CARTAGENA DE INDIAS.- Hace dos días llegué a esta hermosa ciudad de balcones de madera desbordantes de flores de colores, calles adoquinadas para caminar sin prisa y plazas arboladas con palmeras bien altas que resguardan el fresco del Mar Caribe. Tras sus murallas, la ciudad se transforma en miles de experiencias para vivir y recordar. Las caminatas diarias regalan anécdotas de piratas y conquista desde su fundación en 1533, agradables charlas con los vendedores ambulantes que ofrecen miles de recuerdos de esta tierra colombiana, visitas a casas de familia y conventos que hoy son edificios públicos que resguardan parte del pasado cartagenero; la posibilidad de subir a una Chiva, un simpático colectivo abierto de madera, y como parte de la recorrida, la invitación a entrar a varias de las Iglesias que van apareciendo a cada paso. A la vuelta de una de las esquinas de la ciudad amurallada me encontré con la inmensa puerta color ocre de la Parroquia San Pedr

Un puente de Amor

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Por Fernando Gorza Fotos: Florencia Olguín SAN ANTONIO DE ARECO.- Y un sábado a la tarde vuelve a ocurrir… Nace una nueva unión para siempre. Se empieza a edificar un puente de amor sobre pilotes fuertes a prueba de tormentas y vientos y el comienzo queda marcado en la Iglesia San Antonio de Padua de esta hermosa y pintoresca localidad de la Provincia de Buenos Aires.  Paseando por el Pueblo me encontré con los invitados, elegantes y presurosos, acercándose a la Iglesia. El coro ensayando me dió una pista de lo que iba a ocurrir. Luego de almorzar en uno de los “boliches” de la plaza volví a la Iglesia. Todo estaba en marcha. El Ave María, siempre hermoso y emocionante, sellaba para siempre el comienzo de muchos sueños, renovadas ilusiones y la agradable sensación de esos novios de comenzar juntos a andar un nuevo camino.

Cantar es rezar dos veces

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Por Fernando Gorza NUEVA YORK- Hace unos días regresé de mi viaje a Nueva York, una de las ciudades más fascinantes, cosmopolitas y atrapantes que conocí. La visité por primera vez siendo un niño y como un deseo que se mantuvo en el tiempo me prometí regresar para verla con otros ojos, caminarla distinto, sentirla y vivirla de una forma diferente y propia. Hoy pasados los treinta convertí el deseo en realidad. Fueron diez días de caminar incansablemente y volverme a sorprender con sus majestuosos edificios, deslumbrarme andando sus avenidas, escuchar cientos de idiomas que se mezclan en cada esquina, recorrer sus parques, divertirme con sus personajes callejeros, visitar museos admirando obras de arte centenarias y como cierre del viaje, asistí a una misa Gospel en el corazón del Harlem, el barrio ubicado al norte de Manhattan que concentra la gran mayoria de las Iglesias que celebran la misa cantada. Escuchar una Misa Gospel es una experiencia única. Pero vivirla, sentirla y

Una mirada de Amor

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Por Fernando Gorza JERUSALEM.- Una de las experiencias más hermosas que viví en mi viaje a Tierra Santa es el ascenso por el Monte de los Olivos. Una caminata apacible y tranquila por calles angostas. A medida que el camino avanza uno se va cruzando con otros feligreces que visitan el lugar, autos que pasan de costado, pastores que llevan sus animales y habitantes que simplemente bajan a la ciudad. El premio al esfuerzo es sencillo y a la vez impactante: tan simple como sentarse en la escalinata exterior de la Capilla Dominus Flevit y contemplar el ir y venir de la ciudad Santa. El Arquitecto Antonio Barluzzi tuvo la sensibilidad de construir este Santuario en una de las elevaciones del Monte en forma de una gota de lágrima representando el llanto de Jesús por Jerusalem. En el pasaje de la Biblia (Lc, 19, 41-44) el evangelista recuerda el momento en que Jesús derramó lagrimas sobre ella.Desde la altura es fácil distinguir la comunión de religiones que conviven junto al fren