Almuerzo con historia
A 110 km de la Capital y a 10 de San Andrés de Giles, en el pueblo rural Azcuénaga, el Restaurante y Casa de Té La Porteña invita a zambullirse en un pasado de historias y anécdotas de esta casa de familia que supo ser una importante sastrería de la zona y hoy sirve fiambres, pastas y postres caseros a quien se aventure a visitar un pueblo de 350 habitantes y calles de tierra donde con sólo dar unos pasos la mirada se pierde en el horizonte. En el salón de seis mesas, la historia de la familia de Miguel Ángel Capecci vive en las fotos de antaño, en la vitrina repleta de tazas de porcelana, candados de campo, botellones, sifones de soda y radios a válvula. Las pesadas planchas a carbón y las tijeras de sastre apoyadas sobre las largas mesas que se utilizaban para cortar las telas, decoran el ambiente y le dan sentido al pasado del lugar. Analía Capecci, hija de Miguel Ángel, cuenta que “mi abuelo Eduardo abrió una sastrería en Azcuénaga y en 1923 compró esta casa donde se instaló a viv